Si nos escuchan, saben lo que pensamos de cada uno de sus actos, si nos escuchan saben que tienen que atajarnos, si nos escuchan sabrán que la única arma que tenemos es la necesidad impostergable de cambiar esta realidad. Nuevamente las altas esferas del Estado criminal se desenmascaran por las pretensiones de mantener los niveles eficientes de miseria y desigualdad, nuevamente como ha sucedido en todos los gobiernos que innovaron en el tratamiento policial del mantenimiento de una sociedad miedosa y mojigata, flotan en las podridas aguas de la republiqueta la vieja y conocida táctica de vigilar y controlar la información, no es suficiente con las grandes corporaciones de desinformación colectiva, también es necesario saber quién habla, quién se reúne, quién investiga, quién se opone y sobre todo saber quién representa una amenaza a sus privilegios.
No son casos aislados, no son malas praxis de buenos muchachos, no son manzanas podridas, es el modus operandi de una estructura de nación fallida, de una sociedad miserable que ha sufrido durante demasiados años el saber que sus acciones están vigiladas, controladas y categorizadas para seguir manteniendo este cementerio llamado Colombia.
Ya lo han venido escuchando y no nos cansaremos de repetirlo, No tenemos miedo a sus perros ni a sus oídos, sabemos lo que defienden y a quienes defienden, del otro lado de la linea seguiremos construyendo aquellas palabras que hilan las ideas de un mundo que nunca entenderán.